23 jul 2015

Análisis: 'Hablar' de Joaquín Oristrell.

Ayer pude disfrutar de una noche de cine de verano en mi barrio. No hay nada como ver una película al aire libre, bajo un precioso manto de estrellas (las pocas que se pueden ver en Madrid), y eso después de que cayeran unas cuantas gotas enormes de lluvia. Pero un poquito de agua no me iba a aguar la sesión de cine.

La película que vi fue 'Hablar' (2015, Joaquín Oristrell). Protagonizada por Sergio Peris-Mencheta, Raúl Arévalo, María Botto, entre otros. Os dejo a continuación la sinopsis:
"Compuesta por un total de 20 historias que giran en torno a la palabra y a la comunicación, y que se entrecruzan a lo largo de un recorrido de 400 metros: desde la madrileña plaza de Lavapiés hasta la Sala Mirador. Hablar es un viaje entre el teatro y el cine, rodada en un plano único y en continuidad de 80 minutos y medio kilómetro de recorrido, en el popular barrio de Lavapiés de Madrid. Los personajes hablan, discuten, ríen, lloran, amenazan, susurran, gritan, roban, se citan, se enfadan, se abrazan... y proponen al espectador una reflexión sobre el inmenso poder de la palabra." (Filmaffinity).
Cartel de la película "Hablar"
Lo que me llamó la atención de la película para querer verla es el modo en que se cuenta: en un único plano. La película no se hace difícil, ni aburrida de ver gracias al dinamismo que el plano-secuencia permite dar a la imagen. Siempre hay movimiento. Ya sea de la cámara o de cualquier elemento de la escenografía (personajes, vehículos, carros...).

Los encuadres son muy variados, predominando los planos cortos para centrar toda la atención en el personaje que aparece en cuadro. Aunque, a veces, llama más la atención lo que está en un segundo plano. Por ello, hay que prestar atención a todo lo que se ve en pantalla. Importante es lo que vemos y oímos en primer plano, pero lo que sucede detrás también puede serlo para el resto de las historias que se cuentan. Por ejemplo: mientras que el cámara se va con uno de los personajes, al fondo vemos a los que protagonizan la cita a ciegas dándose su primer beso.

Así, la cámara nos hace participes de las conversaciones de los personajes. El público se siente como un espectador más o como un testigo presencial del momento, a través de planos subjetivos (cuando el gitano -interpretado por Antonio de la Torre- canta, la cámara se convierte en una persona más del público que lo está viendo) o haciendo de cámara que está cubriendo un reportaje en la calle.

Por otra parte, una de las características principales del plano-secuencia es la continuidad temporal de lo que se cuenta. Se narran las historias a un tiempo real, sin saltos de la mañana a la noche o de un año a otro. Ochenta minutos de historia contados en ochenta minutos de película. Sin embargo, esto no es importante. Ya que no se hace mucha referencia al tiempo. Sólo sabemos que todo sucede en el mes de agosto. El día, el momento, la hora... da igual. Lo verdaderamente importante de la película es lo que se cuenta.

La película trata de hacer pensar al espectador sobre las relaciones interpersonales y el poder de la palabra con cada una de las historias que se van sucediendo. Cómo lo que decimos o escribimos se puede interpretar de distintas formas (la mujer obsesiva), cómo puede llegar a las personas (la profesora y el alumno) o cómo cambian las relaciones por la falta de comunicación (el adicto al porno y su mujer, o las dos amigas barrenderas). Todo ello, tratando distintos temas. Desde la crisis económica que lleva años azotando el país, hasta problemas como la violencia de género, pasando por teorías y profecías que hablan del fin del hombre.

Una de las historias que más me gustó de las que se cuentan en 'Hablar' es la protagonizada por Raúl Arévalo, en la que dos personas se conocen por Internet y se gustan por lo que hablan y se dicen. Pero cuando llega el momento de verse en persona, nada es como esperan. Una buena forma de interpretar la frase "no juzgues a un libro por su cubierta".  Y es que nos perdemos a personas interesantes por el simple hecho de que no nos agraden físicamente. Personas que no tienen por qué ser precisamente nuestra pareja, porque como Alicia acaba diciéndole al chico: "Si quieres, puedo ser tu amiga o puedo ser tu amante". 

Otra de las grandes historias del film es aquella en la que una mujer (Nur Al Levi) mantiene una conversación telefónica en la que todo lo que se dice con la persona que está al otro lado del aparato puede tener distintos significados implícitos en ellos. Un momentazo en el que sufrimos con ella el drama de tener una discusión telefónica con su pareja, pero con un toque de humor.
"Sabes que cuando me cuelgas, te vuelvo a llamar. ¿Me vas a colgar porque quieres que te llame y seguir hablando conmigo o porque no quieres hablar más conmigo?"
Un momento en el que nos damos cuenta de lo importante que es el lenguaje. Que no se queda solo en palabras, sino también en gestos y acciones, que también tienen su significado. Y que ese significado no es siempre el que creemos desde el principio.

Y por último, en mi opinión, el mejor momento de la película sucede al final, cuando el cámara entra dentro de la sala Mirador, en la Escuela de Interpretación de Cristina Rota, y nos encontramos con Petra Martínez y Juan Margallo recitando una oda a la palabra y al lenguaje, y de la que me quedo con la siguiente frase (no la recuerdo perfectamente, trato de aproximarme a lo que era):
"Estas palabras que salen de mi boca, si no hay un público que las escuche, es como si no existieran".
Una gran frase, a la que añadiría que las palabras que escribimos tampoco existirían si nadie las leyesen. Sobre todo, ahora que nos comunicamos desde detrás de una pantalla. Por esto último, espero que haya gente que lea y a la que les guste las entradas que vamos dejando en este blog. Que haga que 'Conceptos Erróneos' exista.

En definitiva, es una película que hace pensar y plantearnos sobre el uso que hacemos del lenguaje y de cómo llevamos la relación con la gente, sin pantallas de por medio, de tú a tú. Y para ello, utiliza una forma distinta de narrativa a la que ya estamos acostumbrados. Una película que nadie debería perderse, a pesar de que comenzara a retirarse de varias salas de cine al mes de haberse estrenado (10 de junio).

Y hasta aquí, mi primer análisis de cine. Espero traer más entradas como esta más adelante, aunque el cine no sea uno de mis puntos fuertes. Podéis dejar vuestras opiniones sobre la película o sobre el post en los comentarios.

Hasta la próxima publicación, un saludo.


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